Justicia Reproductiva y Justicia Migratoria: ¡Las personas migrantes también tienen derecho a decidir!

Estados Unidos es el país que más in/migrantes recibe en el mundo según estadísticas de las Naciones Unidas. Las personas in/migrantes constituyen aproximadamente el 13.7% de la población, siendo las provenientes de Latinoamérica la segunda población in/migrante más grande del país. A pesar de representar un porcentaje significativo de la población y contribuir a su cultura y su economía, las comunidades in/migrantes, y en particular aquellas provenientes de Latinoamérica, han sido víctimas de políticas discriminatorias que obstruyen oportunidades de empleos y salarios justos, además de restringir el acceso a la salud, la educación y la vivienda, entre otras barreras que limitan su capacidad de vivir una vida digna, proveer por sus familias, y tomar decisiones libres sobre su salud y su vida reproductiva. Desde esta perspectiva, se hace necesario abordar las problemáticas de la migración en conjunto con la justicia reproductiva, para reiterar que, las personas in/migrantes también tienen derecho a decidir. Defender la justicia migratoria implica también la defensa de la capacidad para tomar decisiones sobre nuestros cuerpos y nuestras propias familias, y la lucha por la dignidad de la población in/migrante latina en Estados Unidos.   

Cuando hablamos de justicia reproductiva nos referimos a que se nos brinden herramientas para vivir vidas dignas y para tomar libremente decisiones sobre nuestras vidas y la de nuestras familias, como, por ejemplo, la decisión de tener o no tener hijxs y ejercer la crianza en ambientes sanos y seguros. Este concepto va más allá de los derechos sexuales y reproductivos; se trata de transformar las causas estructurales de los sistemas de opresión y analizar la intersección de todas las problemáticas que limitan las opciones de las personas racializadas, negras y de pueblos originarios. Esto adquiere una relevancia especial para las personas in/migrantes latinas después de la anulación de Roe v. Wade porque, al día de hoy, el 60% de la población latina vive en cinco Estados del país, incluyendo Texas, Florida, y Arizona que han impuesto barreras severas para acceder al aborto, además de ser reconocidos por sus leyes antinmigrantes que limitan el acceso a la movilidad y a la salud, entre otras cosas. Se evidencia entonces, que las leyes en contra del aborto y de la migración se cruzan, empeorando la situación de las personas in/migrantes (en especial aquellas con estatus migratorio irregular) y vulnerando derechos básicos como lo son la salud, la movilidad, y la libertad de decidir. Para cambiar esta realidad, es necesario afirmar que: ¡LA JUSTICIA IN/MIGRANTE TAMBIÉN ES JUSTICIA REPRODUCTIVA!  

¡Contacta a tu representante! Apoya la ley HEAL.

La justicia reproductiva a su vez, tiene muchos puntos en común con la justicia social católica, por ejemplo, ambas nos enseñan que debemos actuar de manera colectiva y solidaria por el bienestar de las personas en mayor condición de vulnerabilidad. Este principio rige a Catholics for Choice, como organización católica, y en conjunto con la justicia reproductiva y migratoria, nos impulsa a apoyar la iniciativa legislativa HEAL (por sus siglas en inglés) – conocida también como la Ley de Equidad y Acceso a la Salud bajo la Ley para Familias Inmigrantes – que ofrece la posibilidad de ampliar la cobertura en los servicios de salud para las personas in/migrantes. Este proyecto legislativo fue presentado al congreso por última vez el pasado 27 de julio y de ser aprobado:   

• Eliminaría barreras para el acceso a los servicios de salud para las familias in/migrantes;  

• Proporcionaría acceso a cobertura de salud pública y asequible para las personas con estatus DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia); 
• Brindaría acceso a Medicare, Medicaid o el programa de salud infantil CHIP para las personas in/migrantes con residencia permanente y otros estatus temporales, sin período de espera de cinco años; 
• Permitiría que las personas con situación migratoria irregular compren un seguro de salud; y  
• Crearía una opción en los Estados para que las personas en situación migratoria irregular puedan ser elegibles para Medicaid/CHIP. 

La fe católica nos enseña una teología de la justicia social que nos convoca a centrarnos en las vidas de las personas marginalizadas a quienes con demasiada frecuencia se les niegan derechos humanos básicos, y esto incluye a millones de familias in/migrantes. Sí tu, como nosotrxs, crees que las personas in/migrantes también tienen derecho a una salud digna que les permita decidir sobre sus cuerpos y proyectos de vida, ¡Te invitamos a ser parte del cambio para la comunidad latina promoviendo el proyecto de ley HEAL! Puedes contribuir a la aprobación del proyecto contactando a tu representante en el congreso para que lo apoye, compartiendo sus beneficios en conversaciones con personas de tu casa, tu trabajo o tu entorno, e incentivándoles para que hagan lo mismo y pasen la voz.  

¡Únete a Catholics for Choice! Nuestra fe no discrimina y el gobierno tampoco debería hacerlo. Luchemos en conjunto para que la salud sea un derecho para todas las personas, independientemente de su estatus migratorio y su color de piel.